ESTAR
PRESENTE – MEDITACIÓN- MINDFULNESS
Los
grandes maestros?
Las
niñas y los niños...
Obsérvales...
Pero obsérvales de verdad; sin más.
Si
te das la oportunidad de observar detenidamente a los bebés y a los
niños pequeños. Si paras tu actividad diaria y sobretodo, mental,
practicando esa gran desconocida: la Paciencia, y prestando atención,
sin intervenir, sin interactuar, tan sólo..., obsérvales.
Donald Zolan
Es
la búsqueda interna del adulto: LA PAZ INTERIOR
“¿
qué terapeuta me iría bien? “
“¿quién
me puede ayudar a ser feliz?”
“Creo
que me voy a apuntar a estas clases de meditación....”
O
: “Salir de compras hace que me olvide de mis problemas, pero se me
pasa pronto....”
“Necesito
un café para despertar, una chocolatina que me dé subidón, echar
la lotería a ver si me toca de una vez y me voy al caribe, cuanto
más lejos, mejor....”
En
el mundo occidental, por general, cada vez más personas desean
aprender a meditar
Conocedoras
de su malestar interior, intentando saciar esa angustia con
diferentes tipos de sustitutos (compras, adicciones, etc. .. , que
provoquen un proceso químico en el organismo que les hace sentir
placer momentáneo), y percatándose que cualquiera de esos hábitos
no es la solución a us continuo estrés y cadenas de problemas,
deciden acudir a sesiones de meditación, cursos y talleres de
mindfulness (mira que me parece rara la palabra)
(Significado:
cualidad
de la mente o más bien la capacidad intrínseca de la mente de ESTAR
PRESENTE y CONSCIENTE en un momento determinado, en un momento en que
cuerpo y mente se sincronizan totalmente en un instante o realidad
presente.... www.institutomindfulness.cl)
Donald Zolan
Y
quiénes entran en ese estado de manera natural y en cualquier
momento......, si se lo permitimos?
Los
Niños (generalizo, reduzco y facilito)
Sí,
los niños, sin acudir a grupos de autoayuda, clases de meditación,
leer libros ni nada parecido.
Ellos
ESTÁN.
SON.
Mary Cassatt Niños en la playa
Se
concentran ensimismados en el chorrillo de agua de la bañera.
En
las baldosas del suelo de la acera.
Al
contemplar sus manos y moverlas.
Poniendo
voces a animales de juguete.
Dando
patadas a una piedra mientras caminan..
Cuando
descrubren su sombra!!! (la que emerge por acción de la luz, me
refiero...)
….........,
y así un largo etcétera mágico y sorprendente...!!!
En
un estado de presencia meditativa, se desconectan del exterior....
Donald Zolan
Ni
hambre. Ni frío..... Vamos, meditación absoluta.
Todavía
recuerdo una de mis vivencias de la infancia.
Desconozco
los años que tendría...., cinco, seis o siete. Qué más da.
Estábamos
en el pueblo de mis padres, zona abulense, pasando unas vacaciones
invernales o semanasanteras.
Una gran nevada.
Una gran nevada.
Para
mí algo maravilloso!!!! Nieve!!!!!!!!! y me parecía que MUCHA !!!
Acompañada
por otros niños, permanecía tan fascinada tocándola, descubriendo
ese frío, el sonido del crujir de las bolas en mis guantes
encharcados, el sentir cómo se deshacían, su dureza...., haciendo
un muñeco entre todos, pisando el hielo bajo el cielo gris.....,
vamos, FELIZ!
Y
mi intestino decidió que tenía a punto una carga completa de
desperdicios que espulsar..., en ESE MOMENTO!
Yo
sentía esas ganas físicas..., pero era más PODEROSA LA ILUSIÓN,
el ensimismamiento, las sensaciones de bienestar que me estaba
aportando esa experiencia sensorial, que hice caso omiso a la llamada
de la naturaleza....
Mi
pena fue que tuve que ir a casa irremediablemente, cabizbaja y
oliendo mal, abandonando mi sesión de meditación placentera....
Por
eso, recordemos vivencias similares de nuestras infancias mágicas...,
cuando vivíamos esos estados de concentración absoluta que ahora
nos decimos que no podemos encontrar si no es con gran voluntad,
esfuerzo y quizá ayuda.